Para todo hombre religioso, el mundo es a la vez un organismo real, vivo y sagrado; una creación de los Dioses. La rica y compleja cosmogonía güaraní se despliega en cuatro etapas creadoras...
Primera etapa: Ñande Rú se crea a sí mismo en medio de las tinieblas primigenias. De esta primera creación se desprende la concepción cíclica del tiempo y del espacio, característica de toda cultura prehistórica. Cada año termina con el invierno y resurge con la primavera, cuando florece el lapacho.
En la Segunda etapa se crea el fundamento del lenguaje humano, la palabra creadora en los siguientes órdenes: de la comunidad y de la comunicación con la divinidad. El lenguaje es en esencia el alma de los hombres.
Tercera etapa: como en el anterior, Ñamandú crea cuatro Dioses que ayudarán en la creación del mundo en distintos ámbitos:
- A Ñamandú corazón grande corresponden las palabras.
- A Karai, el fuego.
- A Jakaira, la bruma o neblina vivificante.
- A Tupá, el agua, el mar, la lluvia, el trueno, el rayo , etc.
Cada uno de estos Dioses tiene su consorte.
En la Cuarta etapa se crea la primera Tierra, el hombre y la mujer, los animales y las plantas. En el centro una palmera y otra en sus cuatro costados (puntos cardinales), sosteniendo el espacio y el tiempo. También se crea el firmamento que descansa sobre cuatro columnas.
Estas primeras Tierras, perfectas, sin males y sin tiempos, es la que comparten hombres y Dioses, una vez que el Creador se ha retirado a las tinieblas. Pero entonces también ocurre la caída de estas primeras Tierras, por la acción imperfecta del hombre: el diluvio la hace desaparecer.
En adelante se crea la Nueva Tierra que es imperfecta, donde el hombre ha perdido su condición divina y debe aceptar su condición de simple mortal. Así, la búsqueda de la "Tierra sin Mal", es la búsqueda de la inmortalidad perdida. Situación que se quiere recuperar aquí en la Tierra, o después de la Tierra.
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Glosario:
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Ñande Ru: Padre Primero.
Ñamandú: Padre Verdadero, Creador.
Jakaira: Dios de la neblina purificante.
Karai: El Dios del fuego
Tupá: Dios del trueno, del relámpago, del agua y de la lluvia.
2 comentarios:
Amigo, esta leyenda es hermosa y nos mustra la calidad de nuestras raices.
Gracias Rodolfo y así es una creencia con mucha riqueza. Un abrazo
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