Hace 23 años la Virgen se apareció a una lugareña del pago de San Nicolás de los Arroyos, desde entonces fue patrona y protectora del pueblo. Su devoción se extendió por todo el país y cada 25 de septiembre una multitud cada vez mayor de peregrinos provenientes de distintos puntos del país, van a saludar, a pedir, a rezar, a agradecer a su Madre... la fe siempre mantiene viva la esperanza del pueblo.
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Las primeras manifestaciones
El 25 de septiembre de 1983 es la primera vez que a Gladys Quiroga de Motta se le aparece la imagen de la Santísima Virgen, pero no existe ningún diálogo.
El 28 de septiembre de ese año, por segunda vez se le aparece con los mismos colores que tiene ahora la Virgen del Rosario con el Niño en brazos pero en forma viva.
El 7 de octubre cuando se aparece, Gladys le pregunta cuál es su deseo, entonces se borra la imagen y aparece un templo, por lo que se supone que María Santísima quería estar entre nosotros.
Ella concurre a comunicarle los hechos al Padre Carlos Antonio Pérez, que la escuchó con atención y prudencia y la invitó a esperar que los acontecimientos se encargaran de demostrar la autenticidad de los hechos.
En uno de sus mensajes le dice: “El Espíritu Santo es tu guía; debes obedecer; elegido está el lugar de mi morada; todo queda en vuestras manos” .
Gladys en una oportunidad le pregunta si le gustaría que la llamaran “María del Rosario de San Nicolás” y la Virgen le responde: “Así debe ser. Mi anhelo es estar entre vosotros, colmarlos de bendiciones, de paz, de alegría y acercarlos al Señor Nuestro Dios”.
Son grandes los frutos preferentemente espirituales de este acontecimiento, en particular el rezo del Santo rosario, la lectura de la Palabra, el acercamiento a los Sacramentos y a la Iglesia, y el culto a la Madre de Dios, un mayor descubrimiento de Cristo como centro de los mensajes.
Origen de la estatua
EL 15 deNoviembre la Virgen le dice a Gladys :“Soy patrona de esta región, haced valer mis derechos”.
Pues, así se recuerda que la parroquia de San Nicolás había sido encomendada desde el principio a Nuestra Señora del Rosario como viceparroquia de Rosario.
La imagen ocupó un lugar preferencial en la Catedral inaugurada en 1884. Había sido donada por Carmen Acevedo de Insaurralde, quien la trajo de Roma bendecida por el Papa León Xlll.
Con el correr del tiempo y a raíz de su deterioro la imagen fue guardada en el campanario a la espera de una reparación que nunca llegaba.
El padre Pérez mandó a reparar la estatua por el escultor Pascual León Scaglione en 1984. Le llevó un trabajo aproximado de 22 días, la imagen tiene
cerca de 200 años, está confeccionada en madera, más precisamente en pino orejón. Tiene 1,80 de alto y le faltaba la mano derecha, dos dedos de la mano del Niño, dos dedos de la mano izquierda, la naricita, la pera, el pulgar del pie izquierdo de la Virgen y una rotura en el manto. Luego fue pintada por la señorita Mabel Bertetti.
La expresión de su rostro es hermosa, tiene mucha dulzura y el sólo verla produce una sensación de bienestar, lo mismo ocurre con el Niño Jesús.
El 25 de septiembre de 1983 es la primera vez que a Gladys Quiroga de Motta se le aparece la imagen de la Santísima Virgen, pero no existe ningún diálogo.
El 28 de septiembre de ese año, por segunda vez se le aparece con los mismos colores que tiene ahora la Virgen del Rosario con el Niño en brazos pero en forma viva.
El 7 de octubre cuando se aparece, Gladys le pregunta cuál es su deseo, entonces se borra la imagen y aparece un templo, por lo que se supone que María Santísima quería estar entre nosotros.
Ella concurre a comunicarle los hechos al Padre Carlos Antonio Pérez, que la escuchó con atención y prudencia y la invitó a esperar que los acontecimientos se encargaran de demostrar la autenticidad de los hechos.
En uno de sus mensajes le dice: “El Espíritu Santo es tu guía; debes obedecer; elegido está el lugar de mi morada; todo queda en vuestras manos” .
Gladys en una oportunidad le pregunta si le gustaría que la llamaran “María del Rosario de San Nicolás” y la Virgen le responde: “Así debe ser. Mi anhelo es estar entre vosotros, colmarlos de bendiciones, de paz, de alegría y acercarlos al Señor Nuestro Dios”.
Son grandes los frutos preferentemente espirituales de este acontecimiento, en particular el rezo del Santo rosario, la lectura de la Palabra, el acercamiento a los Sacramentos y a la Iglesia, y el culto a la Madre de Dios, un mayor descubrimiento de Cristo como centro de los mensajes.
Origen de la estatua
EL 15 deNoviembre la Virgen le dice a Gladys :“Soy patrona de esta región, haced valer mis derechos”.
Pues, así se recuerda que la parroquia de San Nicolás había sido encomendada desde el principio a Nuestra Señora del Rosario como viceparroquia de Rosario.
La imagen ocupó un lugar preferencial en la Catedral inaugurada en 1884. Había sido donada por Carmen Acevedo de Insaurralde, quien la trajo de Roma bendecida por el Papa León Xlll.
Con el correr del tiempo y a raíz de su deterioro la imagen fue guardada en el campanario a la espera de una reparación que nunca llegaba.
El padre Pérez mandó a reparar la estatua por el escultor Pascual León Scaglione en 1984. Le llevó un trabajo aproximado de 22 días, la imagen tiene
cerca de 200 años, está confeccionada en madera, más precisamente en pino orejón. Tiene 1,80 de alto y le faltaba la mano derecha, dos dedos de la mano del Niño, dos dedos de la mano izquierda, la naricita, la pera, el pulgar del pie izquierdo de la Virgen y una rotura en el manto. Luego fue pintada por la señorita Mabel Bertetti.
La expresión de su rostro es hermosa, tiene mucha dulzura y el sólo verla produce una sensación de bienestar, lo mismo ocurre con el Niño Jesús.
Una multitud acompaña y venera siempre a la Virgen de San Nicolás